La Nebulosa de la Hélice (NGC 7293) es una nebulosa planetaria ubicada a unos 655 años luz en la constelación de Acuario. Representa la etapa final de una estrella similar a nuestro Sol. Tras agotar su hidrógeno y helio, la estrella expulsa sus capas externas al espacio, creando una burbuja en expansión. En el centro queda un núcleo caliente y denso: una enana blanca cuya temperatura supera los 100.000 K.
Este proceso ilustra la transición de una estrella estable a una forma condensada donde la presión de degeneración de los electrones equilibra la gravedad. La luminosidad ultravioleta del núcleo estelar ioniza el gas circundante, produciendo el resplandor característico observado en la nebulosa.
La nebulosa presenta una morfología compleja compuesta por un disco interno, un halo externo y estructuras filamentosas llamadas *nódulos cometarios*. Estas condensaciones gaseosas, de cientos de unidades astronómicas de largo, se mueven a velocidades de 20 a 30 km·s\(^{-1}\).
Las observaciones infrarrojas del telescopio *Spitzer* revelaron la presencia de polvo y moléculas en las zonas más frías, mientras que los espectros ópticos muestran una fuerte emisión de líneas de hidrógeno Hα, oxígeno [O III] y nitrógeno [N II]. Estas líneas trazan los gradientes de temperatura y densidad del plasma. La dinámica está gobernada por las ecuaciones de la magnetohidrodinámica (MHD), donde las fuerzas de presión, radiación y los campos magnéticos interactúan de manera acoplada.
Dentro de unos 5 mil millones de años, el Sol sufrirá un destino similar. Se transformará en una *gigante roja*, perderá su envoltura externa y se convertirá en una nebulosa planetaria comparable a la Nebulosa de la Hélice. Los modelos estelares muestran que la masa inicial determina el tamaño final de la nebulosa y la masa de la enana blanca residual. Así, la Nebulosa de la Hélice constituye una ventana a nuestro propio futuro cósmico.
Los datos espectroscópicos revelan una abundancia relativa de helio, oxígeno, nitrógeno y neón. La proporción de estos elementos informa sobre las reacciones nucleares internas que tuvieron lugar antes de la eyección de las capas externas. Estas mediciones también permiten estimar la velocidad de expansión \(v \approx 32 \, \mathrm{km·s^{-1}}\) y la masa total de gas eyectado \(M_g \approx 0,3 \, M_\odot\).
Descubierta a principios del siglo XIX por el astrónomo alemán Karl Ludwig Harding (1765-1834), la Nebulosa de la Hélice fue una de las primeras nebulosas planetarias identificadas. Su apodo "Ojo de Dios" proviene de su forma anular vista desde la Tierra, que evoca una pupila cósmica observando el cielo.
Los análisis modernos, especialmente con los instrumentos del Telescopio Espacial James Webb (JWST), ofrecen una resolución sin igual en el infrarrojo. Revelan la distribución tridimensional del gas y permiten comprender mejor los mecanismos de interacción entre el viento estelar y el medio interestelar.
Característica | Valor observado | Unidad | Instrumento / Fuente |
---|---|---|---|
Distancia | 655 ± 20 | años luz | Gaia DR3 (ESA, 2023) |
Diámetro aparente | 16,8 | minutos de arco | Telescopio Espacial Hubble |
Velocidad de expansión | 32 | km·s\(^{-1}\) | Observatorio de Kitt Peak |
Masa eyectada | 0,3 | \(M_\odot\) | Modelo estelar post-AGB |
Temperatura central | 120.000 | K | Spitzer / JWST (2024) |
Fuente: ESA / Hubble Heritage Team, NASA / JWST y Catálogo VizieR (CDS, Estrasburgo).
N.B.:
La Nebulosa de la Hélice ofrece un ejemplo representativo del ciclo de vida estelar de las estrellas de baja masa (≤ 8 \(M_\odot\)). Estos fenómenos contribuyen al enriquecimiento químico del medio interestelar y al reciclaje de la materia en la Galaxia.